Tenemos una nueva exposición en la primera planta, Jose L. González Nuñez nos muestra sus Mandalas, mucho más que pintura.
"Llevo pintando desde hace más de 35 años. De formación autodicacta, recibí, no obstante, la enseñanza de diversos maestros, tanto pintores como escultores, dentro de lo que podríamos llamar "la clásica tradición magisterial", que por otra parte, esta cada vez más perdida, y en la que "la técnica no solo es lo importante en la enseñanza de un arte, sino "aprender el arte de la vida, por medio del arte".
Soy Orientador-psicoanalista de enfoque, principalmente, aunque no único, junguiano, y a raiz de estudiar en la obra de C. G. Jung, observé la importancia de la pintura, y el arte en general sobre el psiquismo humano (cosa por otra parte, ya conocida) y, especialmente la influencia, en ese psiquismo, de los mandalas. Completé estas "investigaciones" con otros estudios de lo "mandálico" en diversas culturas primitivas, y en actividades en las que el "centro" tienen una vital importancia, como puede ser el Aikido, todo esto, más la experiencia de pintar los propios mandalas, me ha llevado al convencimiento (cosa, también, ya sabida, pero, quizá no "experimentada, ni vivida") que los mandalas tienen efectos terapeúticos no solo para el que los realiza, sino también para el que los contempla.
Las pinturas de mandalas, realizadas expontaneamente, y sin buscar la precisíón, ni la simetria perfecta tienen efectos "inconscientemente" terapéuticos, pero también, por supuesto a nivel consciente. ¿Por qué? Simple y llanamente porque relajan, armonizan y equilibran, sin tener que racionalizar, ni intelectualizar, ni verbalizar nada, simplemente por la pura contemplación, de un orden, de un equilibrio, de una armonia... algo, que por cierto, el hombre actual esta muy carente de ello, de "contemplar", o sea, "entrar en nuestro propio templo interior" en nuestra psiqué..."